Son muchas las ocasiones en las que oímos aquello de: no te preocupes ya hablará, cada niño lleva su ritmo, mi hijo no habló hasta los tres años o su padre tardó mucho en hablar y después habló perfectamente.
Pero ¿qué hay de cierto en todas estas afirmaciones? ¿Debemos preocuparnos si un niño de dos años no habla o debemos dejar que siga su ritmo evolutivo?
Debemos tener claro que cuando se habla de evolución y madurez, no nos referimos a una ciencia exacta en la que dos más dos sean cuatro, por tanto, es cierto que hay que tener en cuenta que cada niño tiene su propio ritmo evolutivo y su propia madurez, pero sí podemos establecer unos parámetros que nos permitan orientarnos y ver si debemos estar en alerta o por el contrario el desarrollo lingüístico de nuestro hijo cursa una evolución normal.
Anteriormente a la etapa lingüística tenemos la etapa prelingüística, que es la etapa del primer año de vida del bebé, en la que entre los tres y los seis meses aparece el balbuceo y de los seis a los 9 meses aparecen las primeras cadenas sílabicas (/papapapapapa/ /tatatatata/ /mamamamamamama/). A medida que nos acercamos al año es cuando entramos en la ETAPA LINGÜÍSTICA y donde comienzan a aparecer las primeras palabras.
Situamos la aparición de las primeras palabras alrededor del año. Es en este momento cuando el niño comienza a comunicarse mediante sus primeras palabras, que normalmente suelen hacer referencia a su entorno familiar y a los objetos cotidianos de su día a día (mamá, papá, chupete, bibi, pan, agua) así como las primeras formas sociales, tales como el saludo y la despedida: hola y adiós .
Hacia los 18 meses han adquirido entre 50 y 100 palabras, en torno a los 20 meses 200 palabras, hacia los 2 años entre 400 y 600 palabras y comienzan a hacer combinaciones de dos palabras, como por ejemplo mamá agua. Alrededor de los 3 años 1.500 palabras, siendo además capaz de utilizar frases de tres elementos con una estructura gramatical de Nombre + Verbo + Complemento, por ejemplo mamá dame agua.
Por lo tanto, debemos estar en alerta si a los dos años el vocabulario de nuestro hijo es bastante inferior a 50 palabras y si no ha comenzado a hacer combinaciones de dos elementos.
En estos casos, siempre recomendamos acudir a un especialista que pueda decirnos cuál es el nivel lingüístico de nuestro hijo y darnos unas pautas de intervención que sirvan para estimular y favorecer su desarrollo en el lenguaje.
A pesar de que cada niño tenga su ritmo evolutivo, hemos comprobado que existen ciertos parámetros en los que basarnos y orientarnos para saber si su desarrollo está siendo óptimo, por lo que si nuestro hijo está por debajo de dichos parámetros debemos buscar ayuda para prevenir o paliar una posible dificultad futura.
Para conocer más información y saber más sobre estos tipos de trastornos. El centro de logopedia infantil en Córdoba, Centro Educo, estará a tu disposición.
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