Desde la perspectiva de la psicomotricidad, hay 2 tipos de motricidad en el niño: fina y gruesa.
La motricidad fina se refiere a las acciones que implican pequeños grupos musculares de cara, manos y pies, concretamente, a las palmas de las manos, los ojos, dedos y músculos que rodean la boca. Es la coordinación entre lo que el ojo ve y las manos tocan.
Estos músculos son los que posibilitan: la coordinación ojo-mano, abrir, cerrar y mover los ojos, mover la lengua, sonreír, soplar, hacer nudos en los cordones, agarrar un objeto, recortar una figura…
La motricidad gruesa es aquella relativa a todas las acciones que implican grandes grupos musculares, en general, se refiere a movimientos de partes grandes del cuerpo del niño o de todo el cuerpo.
Así pues, la motricidad gruesa incluye movimientos musculares de: piernas, brazos, cabeza, abdomen y espalda. Permitiendo de este modo: subir la cabeza, gatear, incorporarse, voltear, andar, mantener el equilibrio…
La motricidad también abarca las habilidades del niños para moverse y desplazarse, explorar y conocer el mundo que le rodea y experimentar con todos sus sentidos (olfato, vista, gusto y tacto) para procesar y guardar la información del entorno que le rodea.
Así pues, el ámbito de la motricidad está relacionado, mayormente, con todos los movimientos que de manera coordinada realiza el niño con pequeños y grandes grupos musculares, los cuales, son realmente importantes porque permiten expresar la destreza adquirida en las otras áreas y constituyen la base fundamental para el desarrollo del área cognitiva y del lenguaje.
El desarrollo de la motricidad permite al área sensorial-motriz una capacidad exploradora que es la que fomenta el aprendizaje y estimula el desarrollo intelectual del niño.
Por todo ello, es muy recomendable incitar al niño en sus intentos de búsqueda, dejándole tocar, palpar, chupar y manipular, sin limitar sus posibilidades, aunque sí controlando los límites antes posibles riesgos.
Evidentemente, el nivel de evolución es diferente, en cierta medida, de unos niños a otros en función de su sistema nervioso, su genética, su forma de comportarse, y el grado de estimulación de su entorno.
En los primeros meses del bebé, hacia la cuarta semana de vida, ya es capaz de fijar la vista unos instantes en rostros u objetos, a unos 30 cm de distancia. Por eso, a esta edad ya puedes empezar a enseñarles ciertas imágenes, libros, o sonajeros de colgar adaptados a estas edades.
Al término del primer trimestre, el bebé ya será capaz de sostener ciertos objetos en las manos y llevárselos a la boca; por eso en esta edad es bueno jugar con el bebé con sonajeros que emitan algún sonido o que sean de plástico o tela para que los pueda tocar y chupar.
Durante el siguiente trimestre, hasta los 6 meses, el bebé va ganado habilidad en las manos, aumenta notablemente su capacidad visual, comienza a vocalizar, es el momento de mostrarle su propia imagen en el espejo, le divertirá mucho.
Los juguetes que estimulan la motricidad fina favorecen que el niño utilice los músculos de cara, ojos, manos, dedos y pies para jugar.
Llegando al término del 6º mes el bebé ya es capaz de mantenerse sentado apoyado entre cojines, parlotea y ya puede coger solo la cuchara, ya que su destreza manual se ha desarrollado bastante.
Para poder seguir estimulando estas habilidades del bebé y fomentándolas, podemos jugar con ellos con cubos de plástico de distintos colores, pelotas o formas que rueden, espejos y juguetes para el baño.
Hasta los 9 meses, el bebé aprenderá a girarse, descubrirá la sensación de morder (ya que por esta época le saldrán sus primeros dientes), le empiezan a llamar la atención la diversidad de sonidos y músicas, ya es capaz de soltar un objeto para coger otro por sí mismo y le gusta dejar caer los juguetes.
En esta etapa es cuando suele desarrollar un afecto particular hacia un peluche, un juguete o una manta.
Los niños aprenden jugando en esta etapa, para jugar con ellos, podemos utilizar:
Durante el último trimestre de su primer año de vida, el bebé comenzará a gatear hacia delante, y a intentar ponerse de pie apoyado en algún sitio. Se abren, ante él, un sin fin de posibilidades.
Además, le gusta jugar a meter y sacar cosas, le gusta jugar a la pelota y ya es capaz de devolverla cuando juegan con él.
A partir de esta edad van adquiriendo mayor equilibrio en bipedestación, y mejora su capacidad para desplazarse, al inicio con apoyo hasta que consiguen dar sus primeros pasos. Van desarrollando la pinza digital y el uso bimanual y mejora la coordinación visomanual.
En esta edad a nivel motor grueso van mejorando su equilibrio en marcha y se desarrollan habilidades como subir y bajar escaleras con apoyo, subir y bajar a muebles, sentarse solos en una silla e inicio del salto. En motricidad fina inician el garabateo e incluso la imitación de trazos básicos, pasan páginas de una en una, realizan torres con varios bloques, por lo que podemos utilizar juguetes como los siguientes:
A partir de los dos años les gusta jugar a lanzar y atrapar la pelota, patearla, usar el triciclo, jugar en cuclillas, mejoran su equilibrio y andan en desnivel o se mantienen un instante a la pata coja.
A nivel motor fino abre una puerta, ensarta cuentas grandes, desenvuelve un objeto pequeño, imita trazos, llena y vacía recipientes, arma y desarma un juguete de piezas colocadas a presión, hace bolas de arcilla o plastilina, empuña un lápiz entre el pulgar y el índice apoyándose del dedo medio.
Clava tarugos, construye torres de hasta 10 cubos. Se recomienda:
En esta edad de inicio de la etapa escolar adquieren las siguientes habilidades:
A nivel motor grueso, inician la voltereta, dan saltos grandes, varios saltos hacia delante y hacia atrás, suben al tobogán solos, saltan a la pata coja, caminan sobre una línea o a lo largo de un banquillo…
A nivel motor fino, enhebra una aguja, corta con tijeras, copia líneas verticales, horizontales y círculos, triángulos, cuadrados, coge una pelota con las dos manos, traza con plantillas siguiendo contornos, abre y cierra cerraduras con llaves, construye puentes con cinco cubos, colorea superficies, dibuja una figura humana, hace formas con plastilina uniendo varias partes, atornilla objetos, dibuja y recorta figuras simples.
Los juguetes mas recomendables para esta etapa son:
En esta edad desarrollan habilidades como lanzar una pelota a una diana, brincan alternando los pies, se mecen en un columpio, coge con una mano una pelota, saltan a la cuerda, golpean una pelota con un objeto, patinan, montan en bici, saltan desde mayor altura.
A nivel motor fino aprenden a hacer nudos, golpear clavos con un martillo, colorear sin apenas salirse, recortar figuras de un catálogo o revista, copiar figuras complejas…
Recomendamos los siguientes juguetes:
Para conocer más información y saber más sobre estos tipos de trastornos. El centro de logopedia infantil en Córdoba, Centro Educo, estará a tu disposición.
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